28 de desembre 2005

Catalunya triomfant o Catalunya declinant?


Ja s'ha suscitat el debat, i he tingut l'oportunitat de què hagi aparegut al diari El Mundo de dia 28 de desembre la primera rèplica al meu article.

EL TELESCOPIO
Catalunya triomfant o Catalunya declinant?

ANTONIO ALEMANY DEZCALLAR


En realidad no pretendo terciar en la polémica que protagonizan en estas páginas un catedrático de Historia del Derecho como Román Piña y un, creo que joven, profesor de Derecho Constitucional llamado Antonio Bennàssar, polémica que sería interesante si fuera, de verdad, polémica, es decir, un toma y daca argumental tras haber fijado y delimitado el sujeto del debate. No ha sido así, como suele ocurrir frecuentemente con los catalanistas: frente a un Román Piña que plantea la discusión en términos históricos -la supuesta pérdida de una soberanía catalana que jamás existió- la respuesta es una retahíla de tópicos típicos del discurso nacionalista convertido en una especie de pared de frontón que devuelve siempre y de la misma forma la pelota.

Pero lo que me ha llamado la atención de esta polémica es que el profesor Bennàssar no entrara en una cuestión, a mi juicio clave, tanto desde el punto de vista histórico como desde el presente panorama generado por el proyecto de Estatuto catalán y que pertenece a la especialidad -es, en realidad, su sujeto central- del citado profesor: la soberanía, dónde está residenciada y quién la detenta. Antes y ahora, en la Historia y en este preciso momento procesal que los catalanistas quieren constituyente.

Esquemática y simplificadamente, el argumentario catalanista suele ser el siguiente y no escapa a la norma el profesor Bennàssar:

Primero. Cataluña ha sido sistemáticamente agredida por España, lo cual es metafísicamente imposible puesto que España es, histórica, sociológica, económica y políticamente una creación de todos los que formamos parte de ella, teniendo Cataluña y los catalanes un papel importante en esta gestación y consolidación de la Nación y del Estado común. España no agrede a Cataluña porque nadie se agrede a sí mismo.

Segundo. Parafraseando a Hobsbawm, el catalanismo es un perfecto ejemplo de esto que el autor marxista -y no por marxista, menos lúcido- llama, en conocido libro, la invención de la tradición. Los catalanistas se inventan una tradición, es decir, una Historia de victimismo que, a estas alturas de la historiografía - catalana, del resto de España y del hispanismo anglosajón y francés- no aguanta un sólo round. La invención consiste en transformar conflictos sociales internos de Cataluña o un conflicto internacional -la guerra de Sucesión- o la guerra civil española -que fue, también, guerra civil en Cataluña y entre catalanes- como una agresión a Cataluña. Por no hablar de otras más fabulosas invenciones como es, en pecado de lesa Historia, interpretar la Edad Media, la conquista de Mallorca o el Reino de Aragón -del que se apropian impudorosamente- en clave de un catalanismo político del siglo XX que ya se habría manifestado avant la lettre 800 años antes.

Tercero. El proyecto de Estatuto catalán es el último episodio de este victimismo y que se plantea desde una falsedad, que, concretamente un profesor de Derecho Constitucional, debería, por lo menos, desbrozar con el instrumental metodológico que le confiere su especialidad. Cataluña, como alta parte contratante, propone a España una nueva forma de vertebración del Estado y lo hace desde la legitimidad, que se exhibe con tanta imprecisión como deshonestidad, que le confiere el voto del 90% de su parlamento autonómico. De entrada, Cataluña no es alta parte contratante de nada: no hay, en el origen y consolidación de España y su Estado, ningún pacto federal y, mucho menos, confederal que pudiera siquiera levemente autorizar estas audacias. Pero hay algo peor y especialmente perverso en esta farsa: lo que un procesalista llamaría ausencia de legitimidad para personarse en un auténtico proceso constituyente que arrambla con la Constitución como han reconocido prácticamente todos los tratadistas sin excepción y todas las fuerzas políticas -incluido el PSOE del irresponsable ZP- con la excepción de los nacionalistas vascos y catalanes.

¿Cómo se atreven ustedes -nos espetan- a cuestionar la legitimidad de este proyecto estatutario cuando los legítimos representantes del pueblo catalán lo han suscrito en un 90%? Pues claro que de forma casi unánime se cuestiona esta legitimidad. Este 90% del Parlamento fue elegido exactamente para integrar el cuerpo legislativo catalán, no para iniciar un proceso constituyente, ni en Cataluña ni en España. La soberanía de este Parlamento catalán no es originaria, sino derivada de la soberanía encarnada por las Cortes que, a su vez, derivan de una Constitución impulsada y aprobada por el único y excluyente poder constituyente del país: el pueblo español. Los catalanes votaron abrumadoramente esta Constitución. Y lo hicieron siguiendo las pautas establecidas en todas las democracias occidentales: elección de unas Cortes única y exclusivamente para redactar la Constitución y proponerla, mediante referéndum, al único detentador de la soberanía, disolviéndose a continuación. Los representantes autonómicos no son quienes para subrogarse en el poder constituyente y lo están haciendo, aquí y ahora y con este proyecto de Estatuto. Sólo un irresponsable como Zapatero, con total ausencia de sentido del Estado, puede dar cancha a semejante despropósito.

Y, cuarto. Dice Bennàssar que, si se aprueba esta tropelía, al menos en los términos en que está redactada, podría llevar a una Catalunya triomfant, rica i plena. No parece que la generosa autonomía que tiene Cataluña haya ido en esta dirección, sino al revés: una Cataluña ensimismada y cada vez más provinciana, superada en dinamismo por Madrid y Valencia, instalada en un autismo autoritario e interventor que convierten en irreconocible la que antaño era referente de lo liberal y lo progresista, con una prensa acrítica y una orwelliana policía de la virtud lingüística cuyas únicas diferencias con las policías de la moral de los países islámicos son -por el momento- de grado y que en lugar de perseguir a las mujeres islámicamente incorrectas persigue a los ciudadanos catalánicamente incorrectos. Mi impresión es que estamos ante una Catalunya declinant que cada vez interesa menos al resto de españoles, como lúcida y amargamente advirtió Arcadi Espada.

26 de desembre 2005

Catalunya triomfant


Article publicat a El Mundo - El Día de Baleares el dia 26 de desembre de 2005:

Catalunya triomfant

ANTONI BENNASSAR

El proppassat dilluns 19 de desembre el doctor Román Piña, catedràtic d'Història del Dret i director del Departament de Dret Públic de la Universitat de les Illes Balears, escrivia un article en aquest diari titulat Esperando debatir con Antoni Bennàssar. L'al·ludit, evidentment, era el que subscriu, i, amb aquestes breus línies, intentaré debatre alguns dels punts exposats pel doctor Piña.

En primer lloc, he d'agrair la deferència que ha tingut el professor Piña de llegir i comentar el meu article, publicat al DM, L'anticatalanisme en la política espanyola. Sempre és agradable que un catedràtic de prestigi i col·lega de facultat analitzi les opinions d'hom i en discrepi. Forçosament ha de sorgir de les disputes dialèctiques entre els professors d'universitat un debat intel·lectual profitós per al conjunt de la societat. En aquest sentit, fa temps que manifest que la nostra universitat s'hauria de convertir en avantguarda intel·lectual de la societat, cosa que, malauradament, en moltes ocasions no esdevé.

Distingiré, al present escrit, tres parts ben diferenciades. Per un costat, es trobaria la pèrdua de les llibertats catalanes al segle XVIII; per un altre, la guerra civil i el conflicte nacional a l'Estat espanyol; i, per últim, la dinàmica de confrontació anticatalanista que, des de la dreta espanyola, es duu a terme amb motiu del projecte de nou Estatut per a Catalunya.

La derrota a la Guerra de Successió i la promulgació dels decrets de Nova Planta suposà, per a la Corona Catalanoaragonesa, que el nostre Dret públic quedàs estroncat, que les nostres institucions d'autogovern fossin abolides, i que la llengua pròpia fos prohibida de manera gradual en l'ús oficial, i s'iniciàs una diglòssia que encara perdura. No sé si això es pot considerar pèrdua de llibertats nacionals, ni si al segle XVIII podíem definir el nostre territori com a nació o nacional, però sí que sé que implicà la pèrdua de les llibertats col·lectives bàsiques que ens havien caracteritzat, fins aleshores, com a poble.

La II República, emergida espontàniament i inesperadament de les urnes, es proclamà el 14 d'abril de 1931. Es tractava d'una república que havia nascut definida per dues banderes: la tricolor castellana-comunera i la quadribarrada catalana; i fou el republicanisme catalanista un sector ideològic cabdal que promogué l'ensorrament del sistema monàrquic. Així, insignes polítics catalanistes com Carrasco Formiguera (Acció Catalana), Maties Mallol (Acció Republicana de Catalunya) i Jaume Aiguadé (Estat Català) foren partícips i promotors del Pacte republicà de Sant Sebastià (17 d'agost de 1930), el qual culminaria, mesos després, en la caiguda del règim corrupte d'Alfons XIII. Recordem també que quan Francesc Macià proclamà, des de la plaça de Sant Jaume, la República Catalana com a Estat integrant de la Federació Ibèrica ho va fer «d'acord amb el president de la República Espanyola, señor Niceto Alcalá Zamora, amb el qual hem ratificat els acords presos en el Pacte de Sant Sebastià». D'aquesta forma, la República donà forma jurídica i substància política a les aspiracions nacionals del poble català, malmeses feia dos-cents anys.

El cop d'Estat militar i dretà de juliol de 1936 que desfermà la guerra civil estigué marcat, segons el meu punt de vista, per tres grans factors: la qüestió social, amb una societat en què les diferències de classe eren brutals; la qüestió religiosa, amb un còctel d'ultracatolicisme reaccionari, francmaçoneria republicana i ateisme anarcosocialista que acabà, com no podia ser d'altra manera, esclatant; i, per últim, la qüestió nacional. Així, podem afirmar que el cop d'Estat dels militars africanistes, que tingué el suport de la dreta monàrquica i el moviment pseudofeixista de Falange, tingué en l'espanyolisme un element ideològic innegable. No seré tan ingenu d'afirmar que l'espanyolisme dretà fou l'única causa de l'enfrontament civil, però que constituí una de les bases que donaren cobertura ideològica a l'alçament del bàndol «nacional» resulta innegable. Les conseqüències per a Catalunya d'aquest alzamiento foren, durant més de quaranta anys, ben clares: pèrdua de l'autonomia, intent de destrucció identitària, persecució lingüística, repressió i exili dels compromesos amb el país, etc. El bàndol guanyador de la guerra, a partir de 1939 i tal com havia passat l'any 1714, havia volgut imposar la seva visió nacional sobre la terra reconquerida.

La Constitució de 1978 obrí una esperança enorme per al poble català. Se li possibilità l'accés a l'autonomia, el recobrament de les llibertats, la recuperació lingüística i cultural i la reconstrucció dels signes d'identitat que havien caracteritzat Catalunya com a poble. La Constitució i l'Estatut de Sau foren la primera passa, però no la definitiva. Ara, vint-i-set anys després de l'aprovació del text constitucional, el poble català, mitjançant la decisió de quasi el noranta per cent dels seus representants polítics, ha enviat a les Corts espanyoles una proposta de nou Estatut d'autonomia.

La resposta des de sectors polítics intransigents ha estat un atac despietat al text, com també des de determinats personatges, al poble català mateix. Campanyes esperpèntiques i ridícules com la del boicot a productes catalans són botó de mostra d'aquesta situació. La vertadera preocupació d'aquests sectors, segons el meu parer, és que un nou Estatut fonamentat en l'entesa de la majoria de les Corts espanyoles i el Parlament de Catalunya podria ser una passa ferma cap a un encaix diferent de Catalunya dins Espanya. Un encaix forjat no des de la imposició sinó des del pacte. Un encaix que, ben segur, podria portar, durant els pròxims anys, a una Catalunya triomfant, rica i plena.

Antoni Bennàssar es profesor de Derecho Constitucional de la UIB

23 de desembre 2005

L´Estat del benestar alemany


Article publicat a la pàgina 42 del Diario de Mallorca del dia 23 de desembre de 2005:

L´Estat del benestar alemany

ANTONI BENNÀSSAR MOYÀ

Alemanya tingué, des dels començaments de la Revolució Industrial, un moviment obrer incipient concentrat a les grans ciutats. Aquest fet provocà que nasqués a l´Estat teutó el primer gran partit socialista europeu, el SPD. La Constitució de Weimar (1919), impulsada per la socialdemocràcia alemanya, fou el primer text constitucional europeu que reconeixia els principis generals de les polítiques socials públiques. La República Federal Alemanya (1949) es convertí, seguint l´estela de Weimar i després de la fosca nit nazi, en un model exemplificant d´Estat del benestar: establí un complet mecanisme assistencial que incloïa, entre d´altres, un sistema d´educació i sanitat pública modèlic. A partir dels anys setanta, el paradís social alemany es començà a posar en entredit a causa de la crisi econòmica i energètica mundial. A pesar d´aquesta crisi generalitzada, Alemanya aguantà l´envestida i continuà intentant mantenir, al màxim, les prestacions assistencials per als ciutadans. Des de l´any 1989 la unificació de les dues alemanyes incrementà encara més les pressions crítiques sobre un Estat assistencial germànic que, contra tot pronòstic, va resistir dignament els atacs teòrics que anava rebent des del nou liberalisme.

Les darreres eleccions alemanyes, celebrades el 18 de setembre de 2005, estaven marcades per una campanya centrada en la reforma de l´Estat del benestar. Un Estat del benestar que ja fou començat a ser reformat, durant la passada legislatura i en forma de retallades, pel canceller socialdemòcrata Gerard Schröder. Les reformes impulsades per Schröeder generaren una forta oposició popular, i es presumia que provocarien, a les eleccions de 2005, una autèntica sagnia de vots per al Partit Socialdemòcrata Alemany (SPD). Al sector oposat, la dreta política (representada per la coalició CDU-CSU) advocà durant tota la campanya per una transformació radical, de signe ultraconservador, de l´Estat del benestar alemany.
Els resultats de les eleccions de setembre de 2005 foren sorprenents: encara que totes les enquestes havien donat un avantatge clar a la CDU-CSU, socialdemòcrates i democratacristians assoliren un resultat d´empat tècnic. A més, Els Verds alemanys mantingueren un resultat digne que superava el vuit per cent dels vots. Per afegitó, i de manera inesperada, una nova coalició d´esquerres denominada Die Linke, que aglutinà els excomunistes del PDS i el nou partit WASG, de l´exsocialdemòcrata esquerrà i heterodox Oskar Lafontaine, sumà gairebé quatre milions de vots i obtingué cinquanta-quatre diputats. Així, amb aquests resultats, hi havia la possibilitat d´establir una coalició de govern de signe progressista que aglutinàs socialdemòcrates, esquerrans i verds. No obstant això, i a causa en part de les enemistats personals dels líders dels diversos partits d´esquerra, la socialdemocràcia va optar per establir un pacte amb la dreta de la CDU-CSU. D´aquesta forma, el proppassat 22 de novembre s´elegia la candidata conservadora, Angela Merkel, com a nova canceller.

El pacte entre el SPD i la CDU-CSU és, segons la meva opinió, una mostra més de la denominada mort de les ideologies. De cada vegada més, les diferències entre dreta i socialdemocràcia van desapareixent en el pla econòmic, i es confonen, uns i altres, en la majoria d´ocasions. Així, el pacte entre socialdemòcrates i conservadors alemanys ha quedat signat, les carteres ministerials repartides i les polítiques antisocials marcades. L´Estat del benestar alemany serà el banc de proves de la coalició, i, molt probablement, els sectors menys afavorits de la societat, les seves víctimes. Així, el govern alemany, després de segles, no podrà ser titllat de dretes o d´esquerres, sinó que serà un govern d´ambidextres globalitzats i ajustats al pensament políticament correcte.

Antoni Bennàssar Moyà és professor de Dret Constitucional de la UIB.

19 de desembre 2005

Rèplica amb afany de polèmica



He tengut l'honor de què el meu article sobre l'anticatalanisme a la política espanyola hagi estat replicat al diari El Mundo - El Día de Baleares pel catedràtic de història del Dret, el professor Roman Piña. Ara només me queda posar-me a escriure la contrarèplica.

Esperando debatir con Antoni Bennassar

ROMAN PIÑA HOMS


Hace algo más de una semana, el profesor Antoni Bennassar publicaba en el DM un artículo de estos que llaman la atención. Lo titulaba L'anticatalanisme en la política espanyola y constituía una expresiva muestra de un modo de pensar muy compacto que se extiende entre no pocos jóvenes intelectuales de signo nacionalista, tanto en Cataluña como en las Baleares. Nada mejor para el segregacionismo, que partir del «no nos quieren» o sea del reconocimiento de un supuesto «odi anticatalà», sin parar ni un instante en el odio antiespañol de muchos nacionalistas, instalado permanentemente en el agravio, dentro de la propia Cataluña y de las Islas.

Mi aprecio hacia Bennassar es evidente. Fue un excelente estudiante y hoy es un prometedor profesor de Derecho Constitucional. Su calidad humana está fuera de dudas, y también su agudeza intelectual, evidenciada en su memoria para la suficiencia investigadora que centrada en el concepto de democracia, a mi modo de ver, constituyó un excelente ejercicio de inteligencia y bagaje cultural. Precisamente porque mi reconocimiento hacia él viene siendo constante, me ha llamado la atención el hecho de que ante la problemática nacionalista, al menos en el artículo publicado, se haya mostrado tan estancado en la ortodoxia del momento, repitiendo las tesis que día tras otro repiten los entusiastas, ya no sé si del federalismo asimétrico, del independentismo puro y simple, o de la España plural, formulada por Maragall y por Zapatero, bajo el nuevo etiquetado de «nación de naciones».

Bennassar, como la práctica totalidad de sus compañeros de ideología, da por más que probado que cuantos nos sentimos españoles mostramos sistemáticamente un anticatalanismo visceral, destructor de cuanto significa autonomía y respeto a la señas de identidad del pueblo catalán. Para demostrarlo, Bennassar acude al esperpéntico Millán Astray, al tradicionalista Ramiro de Maeztu e incluso al republicano Manuel Azaña -se deja a Ortega- para terminar enlazando el anticatalanismo de los españolistas de siempre, con la gran campaña de hoy, evidenciada en lo del cava, las selecciones deportivas catalanas, y el plan hidrológico y trasvase del agua del Ebro, porque no nos engañemos, lo que hoy está viviendo Cataluña, dirá absolutamente convencido el joven profesor, es un atac mediàtic i polític frontal de la dreta política espanyola a la voluntad del Parlament de Catalunya.

Y aquí, amigos, es cuando entro en crisis. ¿Tan peligroso es el nacionalismo, que incluso es capaz de adormecer a mentes inteligentes como la de Bennassar? ¿Acaso puede, un joven intelectual como él, dejar de comprender que España, mientras no cambie precisamente su propio orden constitucional, tiene perfecto derecho a impulsar el debate -que el nacionalismo sólo entiende a modo de «atac mediàtic»- y a discutir el Estatut en el seno de la única instancia de auténtica soberanía nacional, que es la de su Congreso de los Diputados? Pues por lo visto, sí puede dejar de comprenderlo. Este joven y prometedor profesor puede dejar de comprender algo tan elemental como esto. Imagínense, queridos lectores, lo que podrán dejar de comprender, miles y miles de gentes, con dotación intelectual inferior a la de Bennassar. Y esto es lo preocupante.

Pero si esto que entiendo como ofuscación de mentes lúcidas, en base a la pasión nacionalista, es un fenómeno palpable, no menos lo es su desconocimiento y tergiversación de la Historia, en base a su adscripción a tópicos de los que no hay quien les mueva. Bennassar no es un historiador, pero tendría que saber que Cataluña no perdió su soberanía en 1714 y no la perdió porque jamás la tuvo. Cataluña dispuso durante siglos, del llamado «pactismo político» o sea de algo así como un sistema de libertades que frenaba la autoridad real; un sistema que incluso le llevó a duros enfrentamientos con dicha autoridad. Donde radicó constantemente el poder soberano del Principado, fue en sus condes-reyes, que en virtud de su soberanía alcanzaron a dar vida a una monarquía compuesta, iniciada hábilmente, sin traumas ni fracturas, desde finales del XV.

Pero si como vemos, muchos no se apean del burro en esto de una supuesta «soberanía perdida», menos se apean en lo de comprender que en 1714 lo que terminó fue una guerra civil, en la que tan catalanes fueron los austracistas como los botifleurs. El nacionalismo catalán ha tergiversado algo tan obvio, y terminado por imponer la falacia de que lo que sucumbió en 1714 fue naturalmente la «nación catalana». Yo recomendaría a Bennassar que detecte incluso el cambio de perspectiva que algunos historiadores catalanes de hoy comienzan a ofrecer.

Este es el caso de Nuria Sales, de Enric Tello, y sobre todo de Rosa Maria Alabrús. Si se da una vuelta por la espléndida exposición estos días montada por Perico Montaner en el Archivo Municipal de Palma sobre la Guerra de Sucesión, podrá tomar nota de esta reciente bibliografía. Y es que en Cataluña, por supuesto, hay mucha gente que aún piensa, y que incluso sabe que defender o criticar el proyecto de Estatut, es una opción ciudadana perfectamente válida, que no convierte a sus ciudadanos en traidores a la patria, como hace trescientos años tampoco les convirtió en traidores el hecho de haber sido leales a Felipe V.

Otro tópico en el que pienso que cae Bennassar, es en el de entender la historia de España, como una historia de constantes tensiones entre Cataluña y lo que llama l´Estat Espanyol. Me parece falso. Ni tan siquiera lo fue durante los que dice darrers tre-cents anys. Los catalanes, a partir de Felipe V, vivieron un siglo XVIII de prosperidad indiscutible, gracias a la apertura de sus puertos al comercio con América hispana, sólo truncada con la guerra frente al invasor napoleónico; una guerra, por cierto, en la que combatieron quizás como la región más españolista y resueltamente antifrancesa de nuestra monarquía. Aconsejo al respecto el reciente estudio de Puig i Oliver. Igualmente generosa con Cataluña fue la España de la República, y quien rompió con la legalidad no fue Madrid, sino Lluís Company, el 6 de octubre de 1934, declarando «l'estat català dins la República Federal Espanyola». ¿Me equivoco? ¿Mucho quisiera que mi inteligente y admirado Antoni Bennassar me rebatiese. El envite a su inteligencia está echado.

26 de novembre 2005

L'anticatalanisme en la política espanyola


Article publicat el dissabte dia 26 de novembre de 2005 al Diario de Mallorca,pàgina 46:
L´anticatalanisme en la política espanyola

ANTONI BENNÀSSAR MOYÀ

"¡Cataluña y el País Vasco, el País Vasco y Cataluña, son dos cánceres en el cuerpo de la nación! ¡El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí!". L´autor d´aquesta frase era el sanguinari Millán Astray, militar africanista fundador de la legió espanyola. Aquestes paraules es deien un 12 d´octubre de 1936 al paranimf de la Universitat de Salamanca. Feia tres mesos que part de l´exèrcit espanyol s´havia aixecat, amb el suport de forces polítiques de dreta i monàrquiques, en contra de la legalitat republicana. Havia començat la guerra civil, i la sang corria per carrers i voravies. Aquella era una guerra que, en l´àmbit ideològic, havia estat generada per molts de factors, entre els qual avui en destacaré un: la denominada «cuestión regional» i, en especial, l´anticatalanisme d´una part de la societat espanyola.
L´encaix de Catalunya a Espanya, des de la pèrdua de la seva sobirania l´any 1714, ha estat sempre difícil. El fet que Catalunya tingui unes senyes d´identitat fortament arrelades (llengua, història, cultura, tradicions...), unit a una voluntat inalterable d´autogovern de la població, ha provocat durant els darrers tres-cents anys conflictes constants entre Catalunya i l´Estat espanyol. Durant aquest període de temps Espanya ha tingut monarquies, repúbliques i dictadures, i en tots aquests règims hi ha hagut una constant ideològica: la necessitat d´afrontar el denominat «problema catalán». Així, Catalunya es convertí, per a sectors de l´espanyolisme més irredempt, en el boc expiatori que servia per alleugerir les frustracions d´una Espanya que, des dels darrers Àustria, veia com el que fou un imperi s´enfonsava en la decadència més absoluta. En aquest context, i durant els anys trenta, el discurs anticatalà es va anar accentuant. L´accés del poble català a l´autonomia, en el si del model territorial dibuixat per la Constitució republicana de 1931, crispà els ànims de l´espanyolisme més anticatalà. Era una època en la qual l´intel·lectual Ramiro de Maeztu parlava de convertir autènticament Catalunya en colònia d´Espanya, i el republicà Azaña reflexionava sobre l´existència d´una desgraciada llei de la història que conduïa a bombardejar Barcelona cada cinquanta anys. Aquests ànims desembocaren en una guerra civil en la qual un bàndol, el «nacional», tenia per objectiu transformar «Madrid en un vergel, Bilbao en una gran fábrica y Barcelona en un inmenso solar» (paraules del general colpista Queipo de Llano, Sevilla, 1936).

La Constitució de 1978 serví per intentar tranquil·litzar els ànims i donà una sortida, al més estable possible, al «problema catalán». Tornà de l´exili Tarradellas, es constituí la Generalitat provisional, i l´any 1979 les Corts Generals aprovaven l´Estatut d´autonomia de Sau, que retornava l´autogovern al poble català. Començava una etapa de relativa tranquil·litat en les relacions Catalunya-Espanya que perduraria fins a final de la dècada dels noranta. La pèrdua de la majoria absoluta del PSOE (1993) provocà la necessitat del suport parlamentari de Convergència i Unió per mantenir la governabilitat de l´Estat. Començava aleshores una etapa de recriminacions, que provenien des de sectors diversos, en relació amb l´acaparament de recursos estatals per part de «los catalanes». Aquest discurs es repetí quan el que necessità els vots convergents fou el PP. Els torns havien canviat, els «denunciadors», també, però el discurs era idèntic i tenia un mateix fil conductor: l´anticatalanisme.
El discurs anticatalà durant la present legislatura ha adquirit una dimensió més greu, si fos possible. La proposta de reforma de l´Estatut de Catalunya ha servit d´instrument per crispar els ànims i generar tensions entre el conjunt de territoris espanyols i les terres catalanes. El Pla hidrològic, els papers de Salamanca o les seleccions nacionals esportives catalanes foren el començament. Un començament que ara ha desembocat en un atac mediàtic i polític frontal de la dreta política espanyola a la voluntat del Parlament de Catalunya expressada en forma de proposta d´estatut d´autonomia. L´anàlisi d´aquesta proposta d´estatut supera l´abast d´aquest article, però, i això sí que ho consider destacable, he de remarcar, arran de les crítiques formulades a la proposta d´estatut, que hi ha un element constant que es repeteix de manera cíclica amb el pas dels anys entre sectors importants de la classe política espanyola, i que se situa per damunt de persones, de moments històrics concrets, d´estatuts i d´articulats jurídics: es tracta del foment d´un odi anticatalà amb la intenció d´obtenir rèdits electorals i/o polítics a la resta d´Espanya. Dinàmica, sens dubte, greument perillosa.

01 d’octubre 2005

Por globalitzada i retallada de llibertats


Article publicat el divendres dia 30 de setembre de 2005 al Diario de Mallorca,pàgina 48:

TRIBUNA

Por globalitzada i retallada de llibertats


ANTONI BENNÀSSAR MOYÀ

Com bé assenyala Thomas Hobbes, l´ésser humà cerca, per pròpia naturalesa, la seguretat. No obstant això, si hom analitza l´evolució de la humanitat, s´adona que, justament, la història de l´home està caracteritzada per un cúmul de perills que envolten la seva existència. Així, guerres, epidèmies o catàstrofes naturals podien canviar, en un espai de temps breu, l´existència d´una persona. Aquesta inseguretat ha tingut, en la història del pensament polític, i en les religions, un pes important. La utilització de la por com a instrument de dominació política i de manipulació de les masses ha estat una constant. D´aquesta forma, els dirigents polítics han tendit a emprar les pors de l´home, de manera maquiavèl·lica, per a la consecució de les seves finalitats.
Si fem una ullada cap enrere, veurem com en els dos darrers segles hi ha hagut un temor que s´ha emprat com a instrument de manipulació de les masses: el conflicte social. Així, des de l´aparició del moviment obrer, els poders estatals mostraren com un fantasma el perill que suposava l´intent de transformació social radical que propugnaven les ideologies revolucionàries. S´entrà en una dinàmica d´accions i repressions que perduraren fins a la revolució soviètica de 1917. A partir d´aleshores, l´assumpció per part del partit bolxevic del control d´un Estat de mida continental com Rússia provocà que es generàs una dinàmica de por en el món capitalista. D´aquesta forma, el fantasma comunista fou explotant com un instrument de repressió a tots els nivells. Qualsevol activitat organitzada d´oposició política provinent de l´esquerra política fou titllada de comunista, i darrere qualsevol moviment obrer de masses es veia sempre l´ombra del PCUS i la III Internacional. El punt culminant de la repressió ideològica fonamentada en la por creada al comunisme fou el procés conegut com "caça de bruixes", duta a terme als Estats Units pel senador republicà McCarthy i el "comitè d´activitats antiamericanes". Així, en definitiva, podem afirmar que la por de l´imperi roig inspirà bona part de la política estatal occidental durant la segona meitat del segle XX.
El 9 de novembre de 1989 queia el mur de Berlín. Amb aquest símbol, desapareixien el teló d´acer i la gran por que havia caracteritzat la política internacional fins aleshores. Aquesta por fou substituïda, després de més d´una dècada d´incertesa, per un nou temor. L´11 de setembre de 2001 les torres bessones de Nova York queien. Els Estats Units, la gran potència mundial, havien sofert l´atac terrorista més important de tota la seva història. Amb aquest atemptat s´iniciava una nova etapa de por, una por, al contrari que altre temps, definida pel seu caràcter difús.

La por al terrorisme internacional és una por globalitzada. Els atemptats es poden produir en qualsevol temps i lloc. D´aquesta forma, tant és possible un atemptat contra l´ambaixada dels Estats Units al Pakistan com l´enderrocament d´un gratacels o la posada de bombes en trens ocupats per obrers que se´n van el matí cap a la feina. Aquesta por difusa, sense un referent clar amb nom i cognoms, l´empren els Estats com a instrument de retallada de drets i llibertats. Els dos grans països que veieren néixer els principis de l´Estat de Dret, Anglaterra i els Estats Units, han crear una legislació que, fonamentant-se en la por al terrorisme globalitzat, ha permès la legalització d´una situació de violació continuada dels drets fonamentals de la persona. Als Estats Units són exemples paradigmàtics d´aquesta nova situació normes com la USA Patriot Act o la Domestic Security Enhancement Act. Les escoltes telefòniques generalitzades, les bases de dades d´ADN de sospitosos, la confiscació de béns, o la detenció continuada sense intervenció judicial, són alguns exemples del que suposen aquestes normes.

La gran qüestió que ens hem de plantejar la ciutadania occidental davant l´aparició de mesures restrictives que fan desaparèixer els drets bàsics de la ciutadania, en suposada resposta a una por difusa al terrorisme internacional, és la següent: està justificada la retallada de llibertats per la necessitat d´una suposada seguretat més gran? Aquesta qüestió es respondrà d´una manera o una altra segons la ideologia, més o menys garantista, de cadascú. Jo, per part meva, crec que qualsevol retallada de llibertats públiques és potencialment perillosa i representa una passa enrere en un procés que ha suposat segles de lluites, esforços i sofriments. I que en cap cas no arribi un moment en el qual, per influència de tercers, els ciutadans tinguem por de ser lliures.


Antoni Bennàssar Moyà és professor de Dret Constitucional de la UIB.

20 d’agost 2005

Globalització, matrimoni i model de família


Article publicat el dia 20 d'agost de 2005 al Diario de Mallorca, pàgina 44:

TRIBUNA

Globalització, matrimoni i model de família

ANTONI BENNÀSSAR MOYÀ

La família s´ha convertit, durant els darrers anys, en un punt central del debat polític. Els profunds canvis de tot tipus que ha viscut el món occidental han provocat una transformació de la idea que s´havia tingut fins aleshores de família. En aquesta línia, destacaria dos elements com a essencials per comprendre la metamorfosi familiar. En primer lloc, l´emancipació de la dona, unida a la seva incorporació en massa al mercat de treball, la qual cosa modificà, ja des del final de la II Guerra Mundial, el model patriarcal que havia caracteritzat la societat fins aleshores. En segon lloc, el fet que, durant els darrers anys, l´eclosió generalitzada del model productiu capitalista ha incidit, de manera profunda, en l´estructura familiar. L´hedonisme, el mercantilisme i el consumisme irracional han modificat l´escala de valors del conjunt de la societat. A més, la denominada globalització econòmica ha suposat l´expansió dels valors culturals i familiars nord-americans al nivell planetari. Uns valors, no cal dir-ho, força diferents dels mediterranis i llatins.
La família té múltiples dimensions en funció de l´òptica des de la qual l´enfoquem. En primer terme, la família és el nucli bàsic que conforma la societat. A més, la família esdevé, mitjançant la tasca de socialització dels fills, el nucli de valors morals de què es dota una determinada col·lectivitat humana. En aquest sentit, la societat civil serà el resultat de sumar els elements ètics comuns sorgits, a manera de mínim comú denominador, del conjunt heterogeni de famílies que la conformen. Històricament, la família era expressió clara d´un determinat model generalitzat de convivència: el matrimoni. Per tant, la següent passa és formular-nos una pregunta ara molt de moda: Què és el matrimoni? La institució matrimonial té, des d´una perspectiva jurídica, una doble dimensió. D´una banda, el matrimoni implica la regulació d´una convivència duradora (altra hora perpètua) entre dues persones amb una dimensió essencialment procreadora. D´una altra, el matrimoni és un contracte, un acord de voluntats, amb efectes patrimonials. En aquest sentit, les conseqüències econòmiques de la convivència conjugal esdevenen, cada vegada més, un element d´unió o de desunió de molts matrimonis. Així, i a manera de comentari cínic, es diu que el que manté units els matrimonis a Espanya no és el codi civil sinó la llei hipotecària.

La gran discussió que s´ha d´afrontar des del món del Dret, en relació amb la nova regulació del matrimoni i del model de família, es pot concretar en els següents interrogants: quin paper ha de tenir l´Estat davant el concepte de família?, ha de ser una actitud activa o passiva?, hi ha d´haver "un" determinat model familiar adoptat per l´Estat com a propi, o s´ha de donar acollida jurídica a l´heterogeneïtat de models que pugui voler configurar individualment la ciutadania? En la resolució d´aquestes qüestions hi ha la base per entendre els canvis en matèria de regulació familiar que s´estan vivint tant a l´Estat espanyol com al conjunt de la societat occidental i poder-hi respondre. Això no obstant, hem d´advertir que la resposta a aquest dilema no és senzilla, ja que, com s´ha dit anteriorment, la regulació jurídica del model de família no tan sols té connotacions ètiques o religioses, sinó que també en té de força importants en terrenys com l´econòmic, el social i el polític.

Antoni Bennàssar Moyà és professor de Dret Constitucional de la UIB.

16 de juliol 2005

Esquerra i transformació social


Article publicat avui, dia 16 de juliol, al Diario de Mallorca:

TRIBUNA

Esquerra i transformació social

ANTONI BENNÀSSAR MOYÀ

Record que en l´adolescència vaig memoritzar una suggeridora definició que sintetitzava el que havia estat fins aleshores el socialisme: "Doctrina política que propugna la titularitat pública dels mitjans de producció i la seva gestió en pro de l´interès general i no del particular del capital". El 9 de novembre de 1989 caigué el mur de Berlín i, amb el mur, la idea que havíem tingut d´esquerra política fins aleshores. S´iniciava un període de transició, de redefinició ideològica i de recerca de nou rumb. Els resultats d´aquesta nova etapa han estat, certament, desconcertants.
L´esquerra política europea, després de la caiguda del bloc soviètic, es conformà en dues grans vessants. Per un costat, els partits comunistes optaren majoritàriament per canviar o ocultar les seves sigles (llevat d´algunes excepcions com el Partit Comunista francès). A més, i des d´una perspectiva ideològica, els antics comunistes optaren per diluir el seu missatge de socialisme revolucionari dins una amalgama de colors i idees que anaren des del violeta feminista fins al verd ecologista. Per la seva banda, els socialdemòcrates (tant aquells que estaven al govern com els de l´oposició) feren un gir polític més dràstic. Es conformà una idea de socialdemocràcia completament allunyada del passat obrer i marxista. El referent de la socialdemocràcia passà a ser el liberalisme, oblidant qualsevol intent de transformació social profunda. La llibertat de mercat fou considerada sacrosanta, s´incorporà la privatització d´empreses o la flexibilitat laboral a la totalitat dels programes polítics socialdemòcrates.
Una vegada diluïdes les senyes d´identitat que havien definit l´esquerra política, s´havien de cercar nous elements ideològics que servissin per establir una diferenciació electoral amb la dreta clàssica. Si en economia ja no hi havia punts de distinció entre la suposada esquerra i la dreta, s´havien de determinar nous punts de diferència. Així, es començaren a convertir en el principal element de confrontació entre l´esquerra i la dreta les disputes entorn de la regulació d´una sèrie de temes propis de la moralitat individual i col·lectiva: el concepte de família, de matrimoni, les relacions paterno-filials, els difícils límits de l´inici i l´acabament de la vida, etc. Morta la utopia de canvi de model econòmic i productiu, el debat se centrà en les regles i els models de conducta que, legislats per l´Estat, havien de regir els fonaments de la societat.
El primer any de govern del PSOE ha respost a aquesta dinàmica política pròpia de la socialdemocràcia del segle XXI. Les principals normes jurídiques que han generat debat, polèmica i confrontació social han estat relacionades amb la regulació del model de família. Així, la reforma del Codi Civil que introdueix el divorci exprés o el matrimoni entre persones del mateix sexe han estat motiu d´aferrissada disputa amb els sectors conservadors i tradicionalistes de la societat espanyola. Sense poder entrar en la profunditat del contingut material d´aquests canvis legislatius, sí que crec convenient fer esment al fet que, des del meu punt de vista, la introducció del terme matrimoni per definir la unió estable entre dos homes o dues dones suposa una violació de l´article 32 de la Constitució espanyola en la redacció actual. D´altra banda, l´escurçament dels terminis entre la separació i el divorci, que passen a ser gairebé inexistents, poden generar situacions de ruptures i reconciliacions que poden tenir efectes jurídics curiosos. Així, es podrà passar en un curt espai de temps d´estar casat, a divorciat i tornat a casar (i, per ventura, amb la mateixa persona). Tot molt propi de la cultura matrimonial anglosaxona.

El que em resulta més cridaner de l´allau normativa que va sortint de les Corts és que cap de les normes controvertides no respon a un canvi de model econòmic. En aquest camp hi ha una autèntica bassa d´oli. Socialdemocràcia i liberals conservadors no polemitzen: ambdós tenen un mateix model econòmic i productiu. En aquest sentit, i posats a proposar idees pròpies de l´esquerra clàssica, per ventura seria necessari començar a pensar a reformar matèries que ara romanen en el calaix de l´oblit. Així, es podrien dur a terme canvis en la normativa laboral que possibilitassin l´estabilitat contractual dels treballadors; l´eliminació de les empreses de treball temporal; el foment de la participació efectiva dels treballadors en la direcció empresarial; el foment de l´economia social; nous sistemes més participatius de negociació col·lectiva; l´impuls de mecanismes institucionalitzats de control ètic de l´activitat empresarial; etc. En l´àmbit de la hisenda, les mesures laborals es podrien completar amb l´establiment d´un impost de societats progressiu o el gravamen dels moviments especulatius de capital. Aquest conjunt de polítiques, i moltes més que ara serien difícils d´esmentar, respondrien a una mentalitat típicament progressista des d´un punt de vista econòmic. Amb aquestes i altres mesures l´esquerra del segle XXI podria anar recuperant una part de les seves essències passades. Una altra cosa és que ho vulgui fer.

Antoni Bennàssar Moyà és professor de Dret Constitucional de la UIB.

09 de juliol 2005

Per una veritable Constitució Europea


Article aparegut al Diario de Mallorca el dia 7 de juliol de 2005. Aquesta és la versió íntegra ja que la que va sortir publicada a l'edició escrita es vegé retallada per motius d'espai:

TRIBUNA

Per una veritable Constitució Europea

ANTONI BENNÀSSAR MOYÀ

Els ciutadans de la Unió Europea hem viscut, durant els tres darrers anys, un procés de redacció i aprovació inicial d’una norma jurídica suprema. Se’ns digué que el poble europeu s’havia de dotar d’una nova «Constitució», que substituís als tractat internacionals anteriors i que es convertís en referent de la construcció de la Europa Unida. A pesar de l’empenta inicial, durant les darreres setmanes estem vivint una autèntica crisi en relació al procés d’aprovació de la denominada «Constitució Europea». El desencadenant ha estat el rebuig del poble francès (amb un 55 % dels vots) i holandès (amb un 61 % dels vots) a la «Constitució Europea». Tot plegat ha generat un seriós dubte sobre l’eventual entrada en vigor, qualque dia, d’un text constitucional a escala continental.

Per intentar donar llum sobre les causes que han pogut influir sobre el «no» de la ciutadania francesa i danesa crec convenient fer un breu anàlisi històric sobre les relacions existents entre els moviments populars i el naixement de la pròpia idea de Constitució.

Les Constitucions escrites han estat, des de els seus orígens, un instrument popular i revolucionari. Així, la primera Constitució entesa en sentit modern és la Constitució del Estats Units, sorgida de la revolució independentista de les tretze colònies britàniques de Amèrica del Nord. La següent gran Constitució, la francesa de 1791, es derivaria també d’una revolució popular. A Espanya, la primera Constitució fou la de 1812, una de les més avançades del moment a escala europea. Una Constitució, la famosa Pepa, que sorgiria també d’un poble que s’aprofità del buit de poder creat per la guerra del francès. Amb la tornada de Ferran VII vingué la reacció i l’obscurantisme, es derogà el text constitucional (“como si nunca hubiera existido”), i s’acabaren les petites llums que havien sorgit de 1812.

El procés pretesament constituent que s’ha viscut dins de la Unió Europea s’ha allunyat força, ja des de els seus inicis, del que havien estat els models històrics del constitucionalisme popular i democràtic occidental. La denominada «Constitució europea» no ha sorgit d’una assemblea de delegats designats democràticament pels diferents Estats membres (tal i com succeí a la Constitució dels Estats Units); tampoc ha estat un text redactat per una assemblea nacional constituent que pretengués representar al poble (tal i com va passar a la primera Constitució escrita que tingué un Estat europeu, la francesa de 1791); ni, molt manco, ha estat redactada aquesta pretesa Constitució europea per unes Corts de diputats electes que, en expressió de la sobirania popular representada, quedessin per propi decisió reunides en forma en Corts constituents (tal i com va passar a la Constitució espanyola de 1978). Si no s’han seguit cap de les fórmules citades, la pregunta a formular és: Qui i com ha redactat aquest text que es coneix nominalment com a «Constitució europea»? La resposta seria que l’ha redactada un òrgan especial de nova creació: la denominada «Convenció Europea». Una vegada identificat l’òrgan, les següent qüestions que ens hem de demanar són: Qui composava aquesta «Convenció»? Quin sistema d’elecció es seguí per triar els seus membres? A quins interessos i col•lectius representaven? Les respostes a les qüestions anteriors no són senzilles. La Convenció esdevingué, des de els seus inicis, en un òrgan heterogeni presidit pel gairebé octogenari polític francès Giscard d'Estaing. La composició de la Convenció fou un mescla de membres entre els quals hi havia: representants dels Caps d’Estat dels països membres de la Unió i dels països que hi volien entrar; representants dels Parlaments estatals; diputats del Parlament Europeu; representants de la Comissió Europea; representants del Tribunal de Justícia de la Unió Europea; representants del Consell Econòmic i Social i del Consell de les Regions de la Unió; etc. Tanmateix, i a pesar de la seva procedència diversa, tots els components de la Convenció tenien una característica comuna: cap d’ells havia estat elegit ex professo pel poble europeu amb l’encàrrec de dur a terme la tasca constituent. A pesar d’aquest important dèficit democràtic inicial, la Convenció es va posar a fer feina i entregà, el divuit de juliol de 2003, el projecte de Tractat pel qual s’estableix una Constitució per Europa (TCE).

El TCE és una norma enrevessada i complexa. Si computam Declaracions, Protocols i Annexes (que formen part del TCE) ens trobam amb un text composat per més de 900 articles. Per comparança, hem de recordar que la Constitució espanyola (ja llarga de per si) en té 169. En relació a la seva naturalesa, la majoria de juristes ho tenim ben clar: és un Tractat internacional, en cap cas una Constitució. Aquesta asseveració es fonamenta en nombrosos arguments: el seu procés d’aprovació i ratificació, el procediments a seguir en futures reformes del TCE, la manca de respecte al principi de separació de poders entre les institucions europees, el confús sistema de protecció dels drets fonamentals, etc. Tot i els raonaments jurídics exposats, resulta curiós veure com els principals líders polítics europeus s’han omplert la boca utilitzant, a manera de marca comercial, el terme «Constitució» per referir-se al TCE.

A pesar de ser batejat per la classe política com a «Constitució», la naturalesa del TCE no ha variat. D’aquesta forma, el Tractat té la necessitat de ser sotmès a la ratificació individualitzada de cada un dels Estats membres de la Unió si es vol que entri en vigor. Així, quan dos Estats, França i Holanda, han consultat al poble en referèndum sobre la ratificació, s’han donat la relativa sorpresa de veure com la resposta negativa era la majoritària. Així, s’ha desfermat una «crisi» que té, des de la meva modesta opinió, un origen clar: haver pretès donar, mitjançant la celebració de referèndums estatals, un acabament democràtic a un procés de ratificació d’un tractat que ha deixat a la ciutadania a un costat en els moments de la seva redacció.

Per intentar arreglar la situació present no s’han de tornar a caure en els mateixos errors que l’han provocada. Si es vol que el poble aprovi una Constitució se li ha de permetre participar, de manera clara, en la seva redacció. Així, i segons el meu parer, s’hauria d’engegar un veritable procés constituent i federalitzant sobre la base del poble europeu (demos) entès com un tot. La celebració de eleccions unitàries a escala europea per elegir una assemblea constituent seria el primer pas. Les següents passes haurien de ser la redacció d’un text constitucional relativament breu, amb una declaració de drets que fos directament efectiva per tota la ciutadania, i amb uns mecanismes de reforma que fessin la Constitució Europea equiparable a qualsevol Constitució estatal. Per últim, i a nivell de ratificació, crec que s’hauria de produir l’aprovació del text amb un únic referèndum, celebrat un mateix dia a tota la Unió.

Per ventura, i vista la situació actual de la Unió, aquesta idíl•lica proposta per crear una veritable Constitució Europea sembla utòpica. Pels que pensin així, només em queda recordar aquella màxima del pensador italià Antonio Gramsci que jo vitalment he adoptat: «front el pessimisme de l’intel•lecte, es situa l’optimisme de la voluntat».

25 de juny 2005

França diu "no"

Per completar l'actualització del blog, posteig un article meu que va sortir publicat el dia 02 de juny de 2005 al Diario de Mallorca (pàg. 45):

França diu ´no´

Antoni Bennàssar Moyà(*)

França sempre ha tingut un lloc molt destacat dins l´imaginari col·lectiu de l´esquerra europea. Recordem, a títol d´anècdota, que els propis termes "esquerra" i "dreta" sorgiren de la ubicació dels diputats en la primera Assemblea Nacional francesa. A l´estat gal s´hi han produït, durant els darrers tres segles, esdeveniments essencials per al progrés polític i social de la humanitat: L´any 1789 es donaven, amb l´inici de la Revolució Francesa, les primeres passes cap a l´enderrocament del Ancien Régime i el naixement de l´estat de Dret; el 21 de gener de 1793 el monarca absolut Lluís XVI seria executat a mans del poble; la Revolució de 1848 crearia les primeres institucions que podem considerar precedents de l´estat social; la Comuna de 1871 devindria en referent idíl·lic de la resistència i el govern obrer; i, per últim, la darrera revolució romàntica, burgesa i juvenil del segle XX naixeria a la universitat parisenca de La Sorbonne, allà per l´any 1968.

El 29 de maig de 2005 els ulls de tota Europa es tornaren a centrar a la terra de Babeuf, Blanc i Robespierre. El poble francès havia dit, amb un cinquanta-cinc per cent dels vots, ´no´ al Tractat pel qual s´estableix una Constitució per a Europa (TCE). Quines han estat les causes d´aquest ´no´? Múltiples, sens dubte. Tanmateix, m´atreviria a aglutinar les raons del ´no´ en dos blocs; així, podríem parlar d´unes causes internes i d´altres externes que han provocat el triomf del ´no´ a França. Des de una perspectiva interna, un percentatge alt d´aquest vot negatiu és un vot de càstig al tàndem que formen el president Chirac i el seu primer ministre Raffarin. El primer va continuar en la presidència de la República després d´unes eleccions anòmales allà on s´enfrontà a l´ultradretà Le Pen, mentre que Lionel Jospin, el seu veritable rival, havia quedat (fruit de la dispersió del vot d´esquerres) eliminat a la primera volta. Jean-Pierre Raffarin, des de el seu paper de primer ministre, ha desfermat l´hostilitat del poble durant els dos darrers anys amb les seves polítiques ultraliberals. D´aquesta forma, el vot negatiu al TCE era, a l´hora, un vot negatiu als dos principals dirigents de l´estat francès. Des de una perspectiva externa, el debat sobre el TCE s´ha centrat a França en un doble nivell. Per un costat, s´ha plantejat seriosament el model social o, millor dit, antisocial, de la construcció europea. La França afectada per la fuita d´empreses a tercers països, amb uns índexs de desocupació importants, i amb atacs teòrics i pràctics constants al seu gran estat de benestar, s´ha posat, davant el referèndum, a la defensiva. És simptomàtic, en aquest sentit, que la portada de l´edició especial amb motiu del ´no´ del diari comunista L´Humanité tingués un gran titular: Le peuple dit non à l´Europe liberal. A més, i des de la perspectiva externa, hi ha hagut un altre element important a tenir en compte: la por a l´entrada de Turquia a la Unió Europea. L´accés a la Unió d´un estat euroasiàtic, amb una població de setanta milions de persones de religió majoritàriament musulmana, taxes de creixement demogràfic espectaculars, i una economia en fase de desenvolupament, no ha fet gaire gràcia a la majoria de ciutadans francesos. La por a l´arribada massiva de població turca després de l´entrada d´aquest país a la Unió ha estat un condicionant que ha fet decidir més d´un vot negatiu. A més, aquesta por ha estat sàviament explotada pel Front Nacional de Jean-Marie Le Pen.

Per últim, i enllaçant amb el començament, m´agradaria fer esment al paper que ha tingut l´esquerra francesa en aquest triomf del ´no´. Per un costat, són d´admiració els milers de militants socialistes francesos que, desobeint la mal nomenada "disciplina de partit", han estat fidels als seus ideals i han fet campanya i votat pel ´no´. Per contra, el moviment "verd" s´ha alineat amb la socialdemocràcia oficial i la dreta política, defensant el ´sí´ al TCE (tal i com també varen fer "els verds", no fa molt, a Espanya). Especial menció ha de tenir en el triomf del ´no´ l´esquerra alternativa francesa. A França, l´esquerra no socialdemòcrata ha estat històricament dividida en tres partits: Partit Comunista Francès (PCF), Lliga Comunista Revolucionària (LCR) i Lluita obrera (LO). En aquesta ocasió, els tres partits esquerrans han fet un front comú pel ´no´ juntament amb altres organitzacions com ATTAC (Associació per la Taxació de les Transaccions i per la Ajuda als Ciutadans) o el moviment pagès encapçalat per José Bové. La feina divulgativa de carrer, duta a terme per militants anònims, ha estat cabdal en el triomf del ´no´ a França. A més, aquesta campanya ha servit per impulsar la imatge pública de la dirigent del PCF Marie-George Buffet, que podria convertir-se, a curt termini, en un personatge rellevant a la vida política francesa.

(*) Antoni Bennàssar Moyà és professor de Dret Constitucional de la UIB.

Image hosted by Photobucket.com

Visita reial

Després de mesos amb problemes amb l'html, sembla que he aconseguit arreglar l'assumpte i actualitzaré, per fi, el Blog. Encara estic pendent del registre d'un domini propi ja que, els tk, darrerament no aturen de donar problemes. Per iniciar la nova etapa, postejaré, maldament sigui amb un poc de retràs, un grapat d'imatges de la visita del fill del Cap d'Estat al nostre estimat edifici Jovellanos. Les fotografies són meves i esper, com a mínim, guanyar el premi Pulitzer de fotografia.

Image hosted by Photobucket.com

El príncep al Jovellanos

Image hosted by Photobucket.com

Histerisme monàrquic

Image hosted by Photobucket.com

Fent sonar l'himne de Riego

Image hosted by Photobucket.com

Llegint poesia revolucionària i republicana

Image hosted by Photobucket.com

L'estelada al vent



Els monàrquics

Image hosted by Photobucket.com

Els republicans

27 de març 2005

Dissabte Sant

Un Dissabte Sant de fa vint-i-vuit anys, en concret era un 9 de abril de 1977, la transició política a l'Estat espanyol va donar un pas decisiu. Aquell dia,i contra tot pronòstic, Adolfo Suárez legalitzava el Partit Comunista d'Espanya (PCE). S'havia triat el dia de manera detallada: el motiu era aprofitar que els principals caps militars estassin de vacances amb les seves famílies i no poguessin preparar amb premeditació un cop d'estat. Després de la legalització dels comunistes, gran fantasma de la dreta espanyola, ja no hi havia tornada endarrera i les eleccions a celebrar serien marcadament lliures i podrien conformar una assemblea constituent.

D'allò han passat, com he dit al començament, vint-i-vuit anys. I la història, tal i com ja preveia en Marx en el preàmbul del Divuit Brumari de Napoleó Bonapart, és cíclica, i unes vegades es manifesta en forma de drama i altres en forma de farsa. La farsa ha estat, en aquesta ocasió, que un Dissabte Sant el Tribunal Suprem (en concret la Sala "especial" de l'art. 61) s'ha reunit per il·legalitzar una agrupació d'electors que feia comptes de presentar-se a les properes eleccions basques; Aukera Guztiak es deia. Amb aquesta decisió aprop de trenta mil signatures es llançaran a la paperera i s'haurà aconseguit un gran objectiu: que l'esquerra independentista basca no tengui democràticament veu ni vot. A més, per ventura, i com efecte "colateral" també es produirà un canvi de govern a Euskadi. Un deu o quinze per cent de vots que es quedin a ca seva poden ser determinants en una situació tan delicada com és la del Parlament de Gazteiz. Ara, als trenta mil signants de Aukera Guztiak només els queda una cosa: jurídicament presentar un recurs d'empara davant el Tribunal Constitucional; i, a més, denunciar al Món, maldament sigui simbòlicament, que una part de la societat basca no estarà representada en les seves institucions. Com es veu, els comunistes, l'any 1977, tingueren més sort que no pas els trenta mil d'Aukera Guztiak ara.

14 de març 2005

Un any de govern del PSOE

Ara fa un any el PSOE, contra tot pronòstic, va guanyar les eleccions generals. Fer un balanç d'aquest any de govern és difícil. En primer terme, s'hauria de dir que hi ha hagut un fet que ha marcat aquest temps de govern: la dura oposició del PP fonamentant-se en posar en dubte la victòria electoral dels socialdemòcrates el mes de març de 2004. Sembla, per part de la dreta espanyola, que la victòria fou una espècie de robatori comès amb el suport manipulador de Prisa. Esperem que, més prest que tard, superin aquest trauma i comencin a fer una oposició lleial al govern espanyol.

En quant a polítiques concretes, el Govern de Zapatero s'ha caracteritzat per fer més renou que una altra cosa. Així, les polítiques "socials" s'han basat més en aspectes propis de la moralitat (v. gr. els matrimonis homosexuals) que en dur a terme accions redistributives de renda. Així, entre en Solbes i en Rato hi ha ben poca diferència. Això és expressió, si més no, del famós pensament únic que afecta a la societat occidental.

Image hosted by Photobucket.com

03 de març 2005

La diada

El primer de març fou la diada de les Illes Balears. Un dia trist per a molts. Així, hi ha un percentatge de ciutadans d'aquest país que consideram inacceptable que es celebri, com a diada nacional, una cosa tan "patriòtica" tal i com és la publicació de l'Estatut d'Autonomia l'any 1983. A més, la celebració d'aquest any fou prou trista. Aquesta tristor es deriva de la inauguració de IB3 ràdio i televisió.Així, un instrument que hauria de servir per a vertebrar el país, fomentar la normalització de la llengua catalana, la cultura i l'educació, s'ha convertir en un simple instrument mediàtic a les ordres del partit del Govern. Jo he defensat sempre que, tant la direcció com el consell d'administració de la CRTVIB fossin elegits per majoria qualificada parlamentària. Esdevé d'aquesta forma a Euskadi o a Andalusia, per posar dos exemples propers. Aquí, pel contrari, resulta que la Directora de IB3 fou secretària personal del President Matas, i, a més, no ha volgut confirmar o desmentir en seu parlamentària si és militant del PP. Sense comentaris.

27 de febrer 2005

Les casualitats de IB3

Dijous passat, poc abans de les deu del vespre, esdevingué a Mallorca un fet històric: començaven les emissions de IB3, impedint-se, de pas, la recepció del Canal 33. El més curiós del cas és que IB3 trià un moment prou oportú per tallar les emissions del canal català: vuit minuts abans de que s'iniciés l'emissió d'un documental sobre la guerra civil i repressió feixista a Mallorca. Molts de mallorquins ens quedàrem sense veure, en format documental, els desmans de la dreta local al nostre País; però, a canvi, poguerem gaudir d'una magnífica vista dels set colors que constituïren la carta d'ajust de "sa nostra televisió". Casualitats de la vida...

21 de febrer 2005

El referéndum del TCE (IV)

Ja tenim resultats. La primera dada és l'alta abstenció, resultat, sense dubte, de la desinformació de la ciutadania i la manca d'interès per un referèndum que no passava de tenir un valor consultiu. A Balears ens hem duit el rècord d'abstenció de l'Estat, cosa simptomàtica que ens hauria de dur a reflexionar a tots.

En quant als resultats, hem de destacar una sèrie de dades. En primer terme s'ha de dir que és summament important el gran resultat del NO a tres CCAA: Euskadi, Nafarroa i Catalunya (s'apropa, de mitjana, al 30%). Això dona mostra de que el "fet diferencial" d'aquestes nacions també té el seu reflex davant Europa. A més, aquest resultat és força destacable degut a que les forces de dreta autòctona (PNV i CiU) havien fet campanya a favor del sí. En relació als resultats de la resta de l'Estat, crec que un disset per cent de NOs, amb una campanya mediàtica tan ferotge contra els qui ens oposàvem a n'aquest tractat internacional, és un gran resultat. En quant a Balears, també consider que un setze per cent de NOs és certament meritori (i més si els comparam amb els grans resultats del PP i PSOE en les darreres generals).

16 de febrer 2005

El referéndum del TCE (III)

Des de un punt de vista social, el TCE presenta una sèrie de característiques ben definides:

1. No reconeix de manera expressa el dret de sindicació (el configura com un subespècie del dret d'associació).

2. Equipara la vaga amb el tancament patronal. Adopta, per tant, una formulació pròpia del segle XIX.

3. Consagra un model econòmic fonamentat amb la competitivitat econòmica i la estabilitat de preus que es situa per damunt de la cohesió social.

4. No dota a la Unió de competències pròpies en matèria social. Es limita a encomenar-li una tasca de "coordinació".

5. No inclou el TCE una Carta de drets socials, i, a més, no està prevista l'adhesió de la UE a la Carta Social Europea.

Suposo que, per tot això, la CES (Confederació Europea de Sindicats, que aglutina els sindicats "grossos" d'Europa), dona suport a n'aquest tractat (o, per ventura, si som maquiavèlics, podria ser que ho fessin pels fons de formació que reben cada any de la Unió...).

09 de febrer 2005

El referéndum del TCE (II)

Un dels principals motius que ens han de fer decidir el vot davant el TCE és la denominada "qüestió nacional". Així, podem afirmar que el TCE és un text estatal i estatalista. D'aquesta forma, un neòfit en el text internacional, basta que tengui presents quatre articles:

a) L'art. I-1 estableix que la Unió neix de la voluntat dels Estats i dels ciutadans, NO del pobles i les nacions.

b) L'art I-5 determina que la Unió respectarà les accions dels Estats per mantenir la seva integritat territorial. Aquest article, junt amb l'art. 8 de la Constitució espanyola, legitima a escala comunitària una intervenció militar davant l'exercici democràtic del dret d'autodeterminació per part d'un poble de l'Estat espanyol. D'aquesta forma, davant la treta dels tancs als carrers de Barcelona o Bilbao, la UE NO reaccionaria (o, fins i tot, aplaudiria).

c) L'art. III-128 furta l'ús de les llengües que no siguin les pròpies dels Estats nació. Així, catalans, bascos, asturians, aragonesos... NO ens podem dirigir a la Unió amb la nostra llengua mare.

d) L'art. III-388 estableix que els ens infraestatals (v. gr. les Comunitats Autònomes) NO "pinten" res en les decisions i normes comunitàries. El Comitè de les Regions és un òrgan subaltern i consultiu.


Amb aquests quatre punts, crec que el tema "nacional" queda ben clar. Altre cosa és que sigui incomprensible la postura favorable al "Sí" de partits com CiU o PNV. Ja es sap que la burgesia catalana i basca sempre han posat per davant els seus interessos de classe per damunt dels interessos nacionals. Ara ho tornen a demostrar.

07 de febrer 2005

El referéndum del TCE (I)

Començarem amb aquest post a comentar els principals elements que envolten al referèndum que ha convocat el govern del president Zapatero amb caràcter previ a la ratificació, per part de les Corts generals, del Tractat pel qual s'estableix una Constitució per Europa (TCE).

En primer terme, m'agradaria reflexionar una qüestió. Fa uns anys, vaig assistir a un congrés sobre la democràcia participativa. Allà, a una mesa rodona, va quedar clara una cosa en relació a la figura del referèndum: a l'Estat espanyol se n'havia convocat un, i com a conseqüència, no se'n convocaria d'altre. Ara, sembla que aquella màxima tan categòrica s'ha de relativitzar. No obstant, es bo en aquest moments tornar a recordar aquell referèndum de l'any 1986 que, entre d'altres coses, suposà el primer gran desengany per part de molts votants i militants del PSOE (i el primer abandonament de postures d'esquerra política del vell partit de Pablo Iglesias).


04 de febrer 2005

El Congrés enterra el Pla Ibarretxe

El Congrés dels diputats espanyol ha enterrat el Pla Ibarretxe. Així, els vots de PSOE, PP, Coalició Canària i Chunta Aragonesista han acabat amb tres anys de debat parlamentari al Parlament basc. En total, han estat 313 vots en contra i 29 a favor de la proposta de nou Estatut d'Autonomia basc. Del grup parlamentari Esquerra Verda, els catalans d’ICV s’han abstingut i els de IU han votat no. Finalment, s'ha de fer esment que tots els nacionalistes representats al congrés han votat en bloc a favor de la proposta del parlament basc. CiU, ERC, PNB, EA, BNG i Nafarroa Bai han donat suport al nou projecte de Estatut.

Ara, la qüestió és: s'ha acabat la història? Crec, personalment que no. Precisament en aquest moments comença una nova y decisiva etapa en les relacions de les nacionalitats històriques amb l'Estat espanyol.Ibarretxe ha adavantat les eleccions, sent, aquesta convocatòria a les urnes, un autèntic plebiscit al seu pla.

01 de febrer 2005

Crònica del debat al Congrés del Pla Ibarretxe (II)

Intervenció dels dos grans portaveus dels dos grans partits espanyols (i espanyolistes). En primer terme, de les intervencions, m'ha sobtat que en determinats moments semblaven una classe de Dret Constitucional. Anem per parts.

Zapatero: M'ha cridat l'atenció una cosa; la cita que ha fet el President de Camús, quan ha reivindicat, mai millor dit, el dret de dir NO (esper que repeteixi aquesta argumentació davant el referèndum del mes de febrer).

Rajoy: Una idea clara; una única sobirania, l'espanyola, el demés són simples "tribus" o "ètnies" (paraules literals). I una altra cosa en relació a les cites, ha defensat la idea de sobirania de Montesquieu front a Rousseau. La història, tres-cents anys després, es repeteix (me n'he enrecordat de l'assemblea nacional francesa de 1789).

Crònica del debat al Congrés del Pla Ibarretxe (I)

Acaba de començar el debat al Congrés dels Diputats. La intervenció de Ibarretxe ha estat bona i contundent. La qüestió que s'ha plantejat és clara: una confrontació de demos. El demos basc, i el seu dret democràtic de decidir, i el demos espanyol que atura les seves iniciatives. S'ha citat per part del Lehendakari, no de manera expressa però si tàcita, el dret d'autodeterminació dels pobles. Un dret que té especial importància si tenim en compte que ha acabat la seva intervenció amb una crida oberta a la Unió Europea i a la comunitat internacional.

31 de gener 2005

El Pla Ibarretxe demà al Congrés

Demà es sotmet a votació al Parlament espanyol el Pla Ibarretxe. Si tot surt així com està previst, a ben segur que els grans partits espanyols, PP i PSOE, tomaran la iniciativa basca de reforma de l'Estatut d'autonomia de Guernika. A partir d'aquí, entrarem en un dinàmica que ens conduirà a unes eleccions anticipades al País Basc. El resultat d'aquestes eleccions determinarà, com no pot ser d'una altra manera, el futur polític d'Euskadi i de l'Estat espanyol.

07 de gener 2005

El Pla Ibarretxe

El pla Ibarretxe ha generat a l'Estat espanyol una tempesta política d'unes mides que no es recordaven des de la transició política. L'aprovació del projecte de reforma de l'estatut d'autonomia del País Basc, aprovat amb tres vots a favor i tres en contra dels diputats de Batasuna, ha desfermat tota una sèrie de qüestions que estaven mal enterrades des de l'aprovació de la Constitució del 78. Així, sempre hi ha hagut dues gran visions del que havia d'esser Espanya. Els moviments "perifèrics" propugnaren un procés federalitzant sense renunciar al legítim dret d'autodeterminació. La dreta i socialdemocràcia espanyola defensà un model centralitzat d'Estat, tolerant, en tot cas, uns simple descentralització administrativa en forma de les denominades Comunitats Autònomes. Ara, amb el pas valent dut a terme pel Parlament de Gazteiz, en torna a obrir el conflicte sobre el "model d'Estat". Esperem que aquesta obertura no sigui com el de la mitològica Caixa de Pandora...