El luchador

El passat diumenge aparegué al Diario de Mallorca un interessant reportatge de l'historiador Joan Mas sobre un diari de dretes, publicat a Palma durant la Segona República, titulat El luchador. Algunes frases no desmereixen segons quines línees editorials actuals:

“La ignorancia religiosa es la causa
del malestar obrero, de su mediatización por
parte de los partidos políticos, del cautiverio
que padece del lado de las organizaciones societarias, de que estén los obreros amedrentados por el paro o por la pistola, de su
explotación y engaño por los que acaudillan
y se dicen sus redentores”.

Verbalmente, se enfrentó a las publicaciones
progresistas o nacionalistas editadas en
Mallorca. Las calificaba de “periodiquillos
de provincias que tienen un séquito de lectores
menguadísimo y hablan como si fueran
ellos los oprimidos, los únicos republicanos
que tienen derecho a vivir y gobernar. Para
ellos, para su pobrísima mentalidad política,
no hay en la nación más que izquierda. Azañas,
prietos, sectarismo, masonería y persecución
de todo lo que no sea su causa. Lo demás
en España no cuenta… Las izquierdas
deben callarse por mucho tiempo. Los socialistas
necesariamente deberían esconderse
bajo tierra durante una temporada larga, muy larga. No se deberían ni atrever a respirar”.

El diari, per últim, celebrà efusivament la victòria de les dretes al 1934:

“El 19 de noviembre (el día que
se celebraron las elecciones) fue barrido todo
lo ficticio, todo lo antiespañol, todo lo
que estaba podrido y era gangrena moral que
nos corrompía. Acción Republicana, Radicales-
Socialistas y todas las abigarradas combinaciones
de la izquierda que arruinaban a
la pobre España han desaparecido... Han caído
las izquierdas masónicas y han triunfado
las Derechas católicas. Forzosamente tenía
que suceder. En las pasadas elecciones se defendían
la Religión Católica, el hogar cristiano,
el derecho de los padres a la educación
de los hijos, los fueros de la propiedad y todo
eso alcanza de un modo directo al espíritu y
al corazón del baleárico que es profundamente
católico. ¡Bien! pues por los electores
de Baleares. El enemigo quería burlarse de
vosotros y ha recibido su merecido. No debemos
descuidar, empero que en esta batalla
tienen también parte muy principal las mujeres
isleñas, quienes, acudiendo en masa a los comicios, han sabido dar ejemplo de la ciudadanía
más elevada y de la dignidad más
firme… La fe mallorquina salta a la vista y
cuantos españoles la visitan sienten la inmensa
satisfacción de respirar aquí una atmósfera
de paz y de bienestar que no encuentran
hoy en otras provincias españolas,
tranquilas antes y envenenadas ahora por los
hombres nefastos que inoculan en el alma
del nuevo régimen todo el virus anticatólico
de sus mezquinos corazones. Mallorca es un
delicioso oasis en la revuelta de los modernos
tiempos, precisamente por el influjo moderador
y altamente educativo de su profunda
religiosidad”.

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